This article has been translated by Ana María González, retired professor of Spanish and French at Texas Lutheran University. Read the story in English here.

Alexes Salazar, estudiante de último año y universitaria de primera generación de la Universidad de Texas en San Antonio, sabía que quería ir a la universidad, pero el alto costo de una educación superior la desanimó.

En su tercer año de preparatoria, Salazar solicitó y recibió la Beca Harvey Najim de San Antonio Area Foundation (SAAF), una organización local que sirve a la comunidad a través de subvenciones y becas. La beca de $2,000 que recibe por semestre le está ayudando a Salazar, quien también recibe apoyo financiero federal, a graduarse en diciembre, es decir en tres años y medio, y con una deuda de solo unos pocos miles de dólares.

Un estudio que examinó el impacto del programa de becas de Area Foundation realizado por el Instituto de Educación Urbana de UTSA y que fue publicado a fines de mayo encontró que los estudiantes que reciben una beca de SAAF, que desde 1969 ha otorgado más de $37 millones en becas por mérito a estudiantes locales, se parecen mucho a Salazar. Es más probable que se gradúen a tiempo de una universidad de cuatro años y que tengan menos deudas por préstamos estudiantiles que sus compañeros que no obtuvieron una beca, afirmó Mike Villarreal, director del instituto.

“El Programa de Becas de San Antonio Area Foundation no está moviendo la aguja solo un poco”, expresó. “La está moviendo mucho”.

Ahora que ha llegado a ser un programa multimillonario de becas administrado por Area Foundation podrá ayudar a más estudiantes en los condados de Bexar y Webb a alcanzar sus metas de educación superior, como parte de las recomendaciones del estudio. La fundación otorgará $2 millones cada año a 50 estudiantes de tercer año de preparatoria que califiquen para la Beca Legacy, por lo que cada estudiante recibirá un total de $40,000. Los primeros becarios se anunciarán en la primavera de 2022.

Lisa Brunsvold, vicepresidente de desarrollo y servicios de donantes de Area Foundation, dijo que la donación “transformadora” de un donador anónimo reforzará los más de 100 fondos de becas diferentes de la fundación, que otorgaron poco menos de $5 millones en becas a 500 estudiantes en 2020. En cinco años, habrá cuatro grupos de 50 beneficiarios de Legacy Scholars, lo que representa una inversión de $8 millones en 200 estudiantes.

“Esos números por sí solos demuestran la magnitud de lo que hemos recibido y la confianza que el donador tenía en nuestra capacidad para gestionar el legado que quería dejar”, ​​expresó.

Brunsvold señaló además que la fundación diseñó la Beca Legacy para tener el mayor impacto en la comunidad al no establecer requisitos de ingresos para calificar para la beca y expandir el alcance de SAAF al condado de Webb, un condado fronterizo que incluye Laredo. Los beneficiarios deben asistir a una universidad de Texas y “haber demostrado que son líderes” de mentalidad cívica en sus comunidades con un promedio mínimo de calificaciones de 2.5. La Area Foundation todavía está trabajando en requisitos específicos para la próxima solicitud, que estará disponible en el otoño.

Las recomendaciones del estudio de UTSA incluyeron la expansión del programa de becas para llegar a más estudiantes y el aumento de la cantidad de dinero disponible para becas, aseguró Villarreal. La Beca Legacy ayudará con estos esfuerzos, ya que la demanda de becas supera crecientemente la oferta en este momento.

“El aumento del fondo de $2 millones nos ayudará a ampliar el acceso a esta importante intervención que incrementa los índices de graduación universitaria a tiempo y reduce los préstamos estudiantiles”, afirmó.

El Programa de Becas SAAF es el mayor programa becario financiado localmente de San Antonio. La fundación encargó el estudio de investigación por aproximadamente $83,400 en 2018 para que una entidad externa evaluara la efectividad de dicho programa de becas, explicó Brunsvold. El Urban Education Institute examinó los resultados de los estudiantes que recibieron una beca en los últimos 10 años. Posteriormente, los investigadores compararon a los beneficiarios de las becas con estudiantes que no recibieron tales becas pero que asistieron a las mismas escuelas y que tenían en común las características sociodemográficas, los cursos de la escuela preparatoria y los puntajes de exámenes estandarizados.

El estudio encontró que una beca promedio de aproximadamente $7,000 aumentó la graduación a tiempo en un 44% sobre los estudiantes que no recibieron una beca, aseguró Villarreal. La deuda estudiantil también disminuyó en un promedio de $4,500.

Salazar aconsejó a los estudiantes de tercer año de preparatoria que soliciten las becas que ofrece la SAAF porque el precio de la universidad no debería disuadirlos de la posibilidad de lograr sus sueños, indicó. También animó a los estudiantes a encontrar formas de destacarse entre sus compañeros manteniendo sus calificaciones y participando en actividades extracurriculares y de servicio comunitario.

“La obtención de la beca realmente me ayudó porque cubría el resto de mi matrícula y no tenía que trabajar a tiempo completo”, afirmó. “Me ofreció muchas oportunidades y tiempo para crear conexiones y realizar pasantías. Algunas de las cuales no ofrecían ningún pago, pero pude hacerlas porque no tenía que trabajar a tiempo completo a la vez que sí pude continuar como estudiante de tiempo completo.”

Brooke Crum covered education for the San Antonio Report.